Vaguada y deslave en el estado Vargas, diciembre de 1999
José Castro.-
Hace
casi 13 años el mapa de Venezuela se vistió de negro, con la Tragedia de Vargas
que enlutó y marcó la vida de miles de venezolanos, cuando la montaña se movió
hacia el mar, como también es recordado este fatídico evento.
Como un día oscuro, de desesperanza, de dolor
y lleno de lágrimas es recordado el 15 de diciembre, sin duda alguna esta
tragedia cambio la historia de Venezuela. Las cifras de fallecidos aunque sin carácter
oficial se calculan en miles (van de 10 mil hasta 50 mil muertos dependiendo de
la fuente), mientras que los damnificados tampoco confirmadas oficialmente se
cuentan en decenas de miles.
Por
otro lado miles de personas fueron desplazadas y pueblos enteros quedaron
devastados, entre la infraestructura perdida por el desastre se cuentan
universidades, grandes hoteles, clubes, importantes comunidades, vialidad,
entre otros.
Las zonas más afectadas por el desastre
natural del 15, 16 y 17 de diciembre son las costas de los estados Vargas,
Miranda y Falcón.
El
día que la montaña avanzó hasta el mar
El día 15 es recordado también como “El día
que la montaña avanzó hasta el mar”, las fuertes precipitaciones de los últimos
días dan origen a extensos deslaves y derrumbes en las laderas montañosas de la
Serranía del Ávila que vienen a ocasionar crecidas inmensas y violentas del
caudal de los ríos, cuyo caudal es normalmente pequeño dada la escasa longitud
que tienen (el río San Julián, que nace en el Pico Oriental de la Silla de
Caracas, a 2640 msnm, y desemboca en el mar en Caraballeda, tiene apenas 9,82
km de longitud a pesar de ser uno de los más largos). Y por la gran pendiente
de sus cuencas, comienzan a arrastrar gran cantidad de sedimentos, volúmenes
inmensos de agua y rocas enormes de hasta 9 metros de diámetro (el tamaño de un
autobús) alcanzando velocidades de hasta 60km/h o más y profundidades de hasta
9 metros, todo lo cual viene a causar grandes desbordamientos y destrucción en
las poblaciones que se ubican en los conos de deyección formados en la costa
norte de Venezuela por dichos ríos. Como es lógico, las poblaciones se ubicaron
desde la época colonial en esos conos de deyección, que son las áreas con
menores pendientes en la zona. Pero precisamente por este hecho, la destrucción
se incrementa al irse acumulando todos los materiales acarreados por los ríos
al perder velocidad sus aguas.
El país, en medio de elecciones, desconoce con
certeza la situación de los estados afectados, los medios de comunicación
empiezan a reportar el evento.
16 de diciembre
Las precipitaciones aún continúan y los
deslaves ya han dejado pueblos destruidos a su paso. 11 estados del país se
encuentran afectados por el fenómeno meteorológico, las zonas más afectadas
corresponden al estado costero de Vargas. Las precipitaciones acumuladas
alcanzan los 1.200 mm en dos semanas y la increíble cantidad de 1.700.000
metros cúbicos de lodo y sedimentos son arrastrados por los caudales de los
ríos hasta las costas.
17 de diciembre
Luego de que el tiempo lo permite, y con todas
las vías de acceso trancadas por derrumbes en el estado Vargas, se inicia la
ayuda por aire a dicha entidad desde Caracas, los niños y las personas mayores
son los primeros en ser rescatados. Los servicios meteorológicos de Venezuela,
Brasil y Estados Unidos confirman que las lluvias continuarán en la zona por
los próximos días, pero que las mismas disminuirán de intensidad.
El
Gobierno nacional declara cinco a siete mil muertos, cerca de 94.000
damnificados y más de 130 mil evacuados como consecuencia de los deslaves.
Estado de Emergencia en 8 de las 23 entidades del país.
Los primeros reportes indican entre 21 de
diciembre La cifra de muertos asciende a 16 mil según estimaciones del
gobierno, contingentes de las fuerzas armadas y voluntarios comienzan un
rescate por todos los medios posibles, Barcos de la armada atracan en las
costas del estado Vargas a fin de evacuar a los sobrevivientes. Un alto
funcionario del gobierno estima que los fallecidos por el desastre podrían
alcanzar las 30 mil personas.
Cabe destacar que en la actualidad todavía hay
personas sufriendo por esta tragedia a la espera del retorno de un ser querido
que tras este evento le perdieron el rastro, otras más desafortunadas vagan por
las calles que tras el enorme impacto del desastre que vivieron, sus memorias
decidieron no recordar. También durante el caos desatado tras la emergencia
muchos niños fueron trasladados a albergues e instituciones, perdiéndose del
lado de sus familiares, para los que aún les quedaron familias.
Todavía hay miles de corazones llenos de
esperanza, con la firme convicción de que algún día volverán encontrarse con sus seres queridos.
felicitaciones por su trabajo periodístico gracias por no orbidarlos Viva la gente de Vargas
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